miércoles, 27 de julio de 2011
CHAO NÚMERO TRES
Hoy no tengo ganas de escribir nada propio, no me apetece, estoy en un día raro. Será la caló. Así que dejo un poema de mi poeta favorito Mario Benedetti. Le cambio el género y os lo dedico a todos los números 3, los números 4, al número 12 y a los números que tengan que venir.
Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente con tus puestas de sol y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza te dejo junto al mundo derrotando imposibles, seguro sin seguro.
Te dejo frente al mar descifrándote solo, sin mi pregunta a ciegas sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas pobres y malheridas sin mis inmadureces, sin mi veteranía.
Pero tampoco creas a pie juntillas todo,
no creas nunca creas este falso abandono.
Estaré donde menos lo esperes
por ejemplo en un árbol añoso de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano horizonte
sin horas en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartida en cuatro o cinco pibas
de esas que vos mirás y enseguida te siguen.
Y ojalá pueda estar de tu sueño en la red esperando tus ojos y mirándote.
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