viernes, 6 de mayo de 2011

Le fabuleux Destin de Katiana Avila


¿Quién no se ha imaginado nunca poder ayudar a los demás? ¿Quién no ha soñado con el simple hecho de disfrutar de los placeres de la vida? ¿Quién no ha visto una de las escenas de Amelie y se ha imaginado que es ella misma? ¿Quién no se ha parado a pensar...

El disfrutar de lo que la vida nos ofrece, de esos pequeños placeres que a uno le hacen feliz, de los momentos pequeños que significan más que los grandes, todo eso, nos hace ser mejores. Nos hace estar más contentos con nosotros mismos.
El ayudar a alguien nos hace ver la vida mejor, pero siempre y cuando no olvidemos nuestra propia persona.
Cuando te preocupas en demasía por el destino de otras personas y dejas que el tuyo baile al son del de ellos pasas al lado de lo incontrolable, por eso es mejor darse cuenta a tiempo.
Yo era (o sigo siendo, pero en menor medida) como Amelie en ese sentido. Preocuparse mucho por la gente y poco por una misma, pero a lo largo de la vida y de sus enseñanzas miras y piensas, ¿si no me salvo yo, quién lo hará?

Pues aquí estoy, resurgiendo de las cenizas riéndome con Phoebe Buffé (FRIENDS) y reviviendo momentos vividos. Porque de mi, solo me ocupo yo. De mi destino sólo me ocupo yo. Y pensando que no se si responderá a mis avisos el "GARÇON" que colecciona fotos de carnet, pues sigo evadiéndome en mi y en mi sustancia, disfrutando de cada momento que me brinda la vida y viviendo siempre en CARPE DIEM.

Sigo pensando, como decia mi querido Ernesto "Che" Guevara, que cuando supimos las respuestas nos cambiaron las preguntas, pero ahora mis respuestas tienen otro color.

Escuse moi, garçon, pour avoir volé un baiser


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