martes, 13 de marzo de 2012

MIDNIGHT IN CORDOBA


Cuando estás cansada y no puedes dormir ¿qué se supone que haces? Pues hay gente que se pone a comer, otra se pone a contar ovejitas y yo me dispongo a pensar, recordar y a veces como en este caso a escribir.
Y es que hace algún tiempo me contaron una historia de una muchacha y me quedé tan prendada de la historia que esta noche la plasmo aquí.
"Resultaba ser una muchachita de pueblo que vivía desde hace algún tiempo en la gran ciudad. Con una vida de risas y paraísos terrenales hasta que se le cruzó la tormenta del desasosiego y la tristeza.
La muchacha, que tiempo atrás tenía el sobrenombre de la Hija Predilecta de la alegría, se le había apagado ese trocito de luz que radiaba por donde pasaba. Aunque poco a poco la tormenta se fue, siempre quedaba el frío y helado invierno en que su corazón y su alma se habían convertido.
Y se preguntaba a sí misma: - ¿No habrá nadie en la faz de la tierra que se tome las cosas con mi filosofía?
Y ella misma se respondía que no podía haber alguien que la comprendiera porque si hubiera alguien que la comprendiera sería o un loco como ella, o alguien que tuviera el mismo espiritu que ella perdió.
Y voilá! Después de la tormenta llega la calma, y apareció la primavera en la vida de la muchacha. Una primavera llena de colores y de alegría donde cada flor que le salía de su pecho era causada por una persona que radiaba esa felicidad que ella perdió.
Y es que a veces, en la vida, no hay que buscar la felicidad, sino esperar que llegue sola, porque cuando estás abajo del todo, solo queda levantarte y volver a ser tu misma.
Porque cuando ella conoció a ese alguien que le aporta una amistad llena de luz y color, se levanta pensando que todo lo malo pasado ha merecido la pena para saber apreciar lo maravilloso de la actualidad."



La ilusión puede ser controlada pero la suerte de conocerte no.

Gracias por aparecer en mi vida.

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